Los garbanzos son legumbres secas, se cree que originarias de la cuenca mediterránea oriental. Hoy día, el 90% de la producción mundial de garbanzos se da en Pakistán e India, donde tanto los garbanzos como la harina de garbanzos forman parte de la gastronomía tradicional india. En potajes, cocidos, ensaladas, purés, etc. también forman parte de la cocina tradicional mediterránea.
Valor nutritivo de los garbanzos

Cien gramos de garbanzos representan un aporte calórico de 330 kcal. Son ricos en carbohidratos (55gr por cada 100gr.), pero de absorción lenta, por lo que pueden consumirse en dietas de bajo índice glicémico.
Sus proteínas representan entre el 20 y el 25% de su peso, no siendo la legumbre seca que más pese, y requiriendo, al igual que el resto, ser complementadas con patata, arroz u otros cereales para aumentar la calidad de las mismas.
El garbanzo es la legumbre con más contenido graso (5 gr. por cada 100gr), pero son grasas insaturadas, sobre todo ácido oleico y ácido linoleico, por lo que resultan sanas para el organismo. Además, es rico en minerales como fósforo, magnesio o potasio, y bajo en sodio, lo que hace del garbanzo una legumbre ideal para dietas bajas en colesterol. En cuanto a las vitaminas de los garbanzos, cabe destacar folatos, tiamina y vitamina B1.
Para cocer los garbanzos

Los garbanzos se venden ya cocidos, tostados, pero también en seco. Cuando es así, antes de cocerlos, hay que ponerlos en remojo entre 10 y 12 horas para que se rehidraten. Uno de los trucos de cocina para reducir este tiempo pasa por escaldarlos un par de minutos en agua hirviendo, ya que luego basta con tres horas de remojo.
El garbanzo ya hervido es ideal para recetas fáciles de ensaladas, la receta de humus y recetas de guisos.