Cada alimento requiere una temperatura idónea, sea ambiente, refrigeración o congelador. En el caso de alimentos frescos, las temperaturas bajas garantizan textura, sabor, olor y color, a la vez que retrasan la pérdida de calidad y la reproducción de microorganismos patógenos. Por ello es esencial mantener la cadena de frío.

¿Qué es la cadena de frío?

La cadena de frío es el control constante de la temperatura del alimento para asegurar su calidad, desde el centro de producción hasta el hogar, pasando por el punto de venta.

Los puntos más débiles de la cadena del frío son los transportes, en el caso del centro de producción al de venta radicarían en las cargas y descargas, y a la hora de comprar los productos, el transporte empieza en el punto de venta hasta llegar a casa. Por ello hay que tener en cuenta ciertos consejos.

Cómo comprar para mantener la cadena de frío

Para mantener la cadena de frío, es recomendable mantener el siguiente orden de compra:

  1. Productos no alimentarios.
  2. Alimentos que no necesitan frío (arroz, pasta, cereales, conservas, etc.)
  3. Alimentos frescos: frutas u hortalizas que no procedan de la zona de neveras.
  4. Alimentos refrigerados, procedentes de la zona de neveras.
  5. Alimentos congelados.

A su vez, es recomendable transportar los alimentos, sobre todo congelados más que refrigerados, en bolsas isotérmicas.

Al llegar a casa, la compra se debe guardar en el sentido inverso al que se ha comprado, es decir, primero los congelados y al final los productos no alimentarios.

Para mejorar la cadena de frío en casa

Hay que tener en cuenta que el congelador funciona mejor si está lleno, con poco espacio entre alimentos, y en el caso del frigorífico es al contrario, funciona peor si está demasiado lleno.

A la hora de colocar los alimentos en el frigorífico, las carnes deben estar en las zonas de temperatura más baja, los lácteos en las zonas de temperatura media, y frutas y verduras en las de temperatura menos fría (ver aquí cómo organizar los alimentos en la nevera).

¿Y si se rompe la cadena de frío?

Cuando se rompe la cadena de frío, el alimento debe consumirse el mismo día o a lo sumo al día siguiente.

No se deben volver a congelar los alimentos que se hayan descongelado durante el transporte, pues pueden presentar problemas de contaminación microbiológica.

Escrito por:uranda

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