Con una superficie de más de 94.200 km2, Castilla León es la comunidad más extensa de España, y destaca por una gastronomía de guisos y asados. Y es que no podía ser de otro modo, ya que la calidad de sus carnes es excepcional, y se traslada a unos embutidos, todo ello regado por la calidad de sus vinos
Del lechazo al cochinillo
Simplemente cocinados al horno es como se han hecho populares estos gastronomía castellano leonesa, apoyados en las indicación geográfica protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León y la marca de garantía cochinillo de Segovia, este último reconocido por su piel tostada y crujiente y la melosidad de su carne.

Pero a su vez, el vacuno también muestra su importancia en la zona a través de las IGP Carne de Morucha de Salmanca y la Carne de Ávila.
A todo ello cabe añadir platos elaborados con perdiz, liebre o conejo, como el conejo escabechado de Ávila.
El pollo también está presente a través de guisos como la vallisoletana gallina en pepitoria, elaborada con una salsa a base de cebolla, ajo y laurel.
Y el conjunto de carnes nos lleva al cocido maragato típico de la provincia de León, en el que primero se come la carne y se acaba sirviendo la sopa.
Los embutidos y los quesos catellano leoneses
El protagonismo de la carne en la gastronomía típica leonesa nos lleva a los derivados de la misma, de reconocida calidad. Así de los embutidos de cerdo vamos del reconocido Jamón de Guijuelo al Chorizo de Canimpalos. Pero también tenemos, pensados para cocinar con ellos, la morcilla de Burgos, que también contiene arroz, y el Botillo del Bierzo, un embutido semicurado, adobado y ahumado (ver aquí IGPs de embutidos españoles).
De los embutidos también obtenemos elaboraciones típicas como los hornazos de Salamanca y de Ávila, que suelen ser masas rellenas de los mismos.
A todo ello cabe añadir un embutido estrella en la gastronomía castellano leonesa: la cecina, que puede ser de vacuno o de chivo, entre otras carnes.
Entre los quesos, el que se ha hecho más popular el el queso de Burgos, un queso fresco originariamente elaborado con leche de oveja, aunque hoy día se elabora con mezcla de leches o con leche de vaca. Pero tampoco debemos dejar de probar otros quesos como el de Valdeón o el del Cerrato.
Del río y de la huerta
La trucha es el producto estrella de los ríos castellano leoneses. Muy típicas son las sopas de trucha, aunque del río también proceden platillos típicos como las ancas de rana de la Bañeza.
Pero si una sopa destaca en la gastronomía castellano leonesa es la sopa de ajo (ver receta aquí), que además del ajo lleva laurel, pimentón, caldo o agua, y se engorda con pan para darle textura. Además, se suele servir con un huevo escalfado en la misma sopa.
En los guisos destacan los de alubias, con productos de calidad como las Judías del Barco de Ávila, que se suelen elaborar en la zona con chorizo, la alubia de Saldaña o el Judión de La Granja.

Y tampoco se pueden dejar de probar las elaboraciones a base de patata, como las patatas a la importancia, previamente rebozadas y fritas, para guisarse con vino; o las patatas revolconas con chorizo y panceta.
De la huerta tampoco podemos obviar hortalizas como los pimientos del Fresno de la Vega, los puerros de Sahagún, la zanahoria de la vega de Duratón, la endibia del Carracillo, la achicoria de Cuéllar, etc.
Los dulces castellano leoneses
Arroz con leche, flan, natillas, torrijas, pestiños… son típicos postres de la gastronomía de Castilla León. Pero la importancia de la almendra en la zona también nos lleva a los deliciosos mantecados de Astorga, por ejemplo, y la rica historia medieval castellano leonesa nos ha dejado elaboraciones tradicionales típicas d ellos monasterios y conventos, entre las que destacan las yemas de Santa Teresa o yemas de Ávila, sin dejarnos los bizcochos de San Lorenzo las virutas de San José, los lazos de San Guillermo, etc.