Con una extensión de 47.719Km2, Aragón presenta una variada gastronomía con productos de excelente calidad enraizados en la riqueza de su entorno. Así, se convierten en protagonistas la huerta, las frutas y las carnes para darnos denominaciones de origen de diversos productos.
Las carnes típicas de Aragón

El campo aragonés también se caracteriza por los pastos, y de ellos nace la IGP Ternasco de Aragón, a través de la cual el cordero lechal que se convierte en una de las carnes más representativas de la gastronomía aragonesa. Es muy típico comerlo asado, pero también en guisos, con setas, o al chilindrón.
Fruto del ganado ovino también nace algún embutido característico como el arbiello, fruto de la mezcla de hígado y pulmón de oveja con especias y tocino. Y es que el cerdo también es una carne representativa de la gastronomía aragonesa, por sus embutidos, entre los que destacan las longanizas y, sobre todo, la denominación de origen Jamón de Teruel, por la carne en sí misma y por elaboraciones como los fardeles. Estos se hacen con hígado de cerdo y magro, se aderezan con especias formando una especie de albóndiga recubierta por la mantilla que cubre el estómago del animal, y se comen fritos o a la plancha.
A todo ello cabe añadir el pollo, muy típico al chilindrón o en pepitoria, y las carnes de caza menor, como la libre, el conejo o la perdiz.
El producto de la huerta aragonesa
El Ebro atraviesa parte de Aragón formando un valle, y los Pirineos dan pie al nacimiento de ríos como el Cinca o el Vero. Todos ellos enriquecen la huerta aragonesa de la que destacan, por ejemplo, el tomate rosa de Barbastro o la cebolla de Fuentes de Ebro, una variedad dulce con denominación de origen propia. Pero además, el cultivo de lechugas, pepinos y otras hortalizas dan pie a una ensalada mixta típica de Aragón que se conoce como ensalada ilustrada, a la que se le suele añadir bonito, huevo cocido y aceitunas, entre otros ingredientes variables según la zona.
La aceituna también juega un papel importante en el campo aragonés, dando pie a excelentes aceites de oliva entre los cuales existen dos denominaciones de origen protegidas: Aceite del Bajo Aragón y Aceite Sierra de Moncayo.
Las huerta aragonesa también lleva a la mesa borrajas, especialmente en las comarcas zaragozanas, y cardos. Estos últimos son el ingrediente principal de un plato típico en Aragón (así como en La Rioja): los cardos con almendras, que se suelen servir con nata agria y jamón.
El pescado en la gastronomía aragonesa
Como zona de interior, juegan un importante papel en la gastronomía aragonesa el pescado de río, sobre todo la trucha cocinada a la aragonesa o a la turolense.
Pero también son importantes pescados que llegan en salazón, como el bacalao que prepara al ajoarriero o a la baturra, o la sardina rancia, que adquiere su nombre por haber enranciado durante su almacenamiento en toneles de madera, dispuesta entre capas de sal gorda. La sardina rancia se emplea en Aragón para múltiples preparaciones gastronómicas, desde montaditos y bocadillos, hasta en tortas, o platos típicos como las judías con sardina rancia.
Frutas y otros dulces de Aragón
Del campo aragonés son conocidos por su sabor y textura los melocotones de Calanda, que cuentan con denominación de origen propia y dan pie a un postre típico: los melocotones con vino, ya que Aragón también es conocida por sus caldos (Aragón alberga cuatro denominaciones de origen de vinos, más cinco indicaciones geográficas protegidas de vinos de la tierra y una de vinos de pago).

Pero además del melocotón, los frutales aragoneses producen manzanas, peras, albaricoques, cerezas, ciruelas, higos, naranjas… Todos ellos dan pie a un dulce a base de frutas confitadas que se recubren con chocolate. Con aspecto de bombón, este dulce se conoce como Frutas de Aragón.
Las cocas, las tortas del alma (empanadillas tradicionalmente rellenas de mermelada de calabaza), las castañas de Huesca (castañas de mazapán cubiertas de chocolate), el guirlache, etc. son algunos ejemplos de otros dulces típicos de la gastronomía aragonesa