Con larga tradición en la cocina asiática, la soja es una legumbre que se consume a partir de múltiples productos, desde los brotes de soja a la salsa de soja, pasando por aceite de soja, leche de soja, harina de soja (baja en almidón), tofu, hamburguesas de soja, etc. Pero como legumbre que es, también se pueden cocinar sus granos. ¿Cómo? ¿Qué nos aporta?
La soja seca y la soja verde

La soja se puede cosechar antes de su maduración, y tanto tamaño como color son similares a los guisantes. Pero también se puede cosechar cuando el grano está completamente seco y su color más habitual va del amarillo al marrón.
Cómo cocinar la soja seca
El proceso es muy similar al de otras legumbres secas, como lentejas, garbanzos o alubias. Por lo tanto, antes de la cocción necesitan que las dejemos en remojo unas ocho horas. Una vez rehidratadas, se escurren bien y se procede a su cocción, sumergiéndolas totalmente en agua fría con sal. Cuando el agua empiece a hervir, se baja el fuego. La soja seca necesita una larga cocción que puede llegar a las dos o tres horas y es recomendable ir removiéndola durante la cocción así como ir retirando con una espumadera los hollejos que se puedan desprender.
En todo caso, una vez la legumbre quede tierna, se escurre y se deja atemperar. Así cocida se puede comer en ensalada, y también se puede saltear con otros ingredientes, rehogar en sofritos, etc.
A su vez se puede preparar guisos de soja, en los que antes de la cocción de la misma, se prepara un sofrito con las hierbas aromáticas o especias al gusto, para luego añadir luego la soja cruda, cubrirla de agua y cocerla a fuego lento.
Ventajas nutritivas de la soja
La soja seca es más rica en proteínas que el resto de legumbres (con algo más de un 36%) y además es muy rica en fibra.
Destaca por su contenido en fitoestrógenos, que tienen un efecto hormonal equilibrador, ya que incrementan la actividad de los estrógenos si el cuerpo está bajo en ellos, mientras que disminuyen la actividad de los mismos, si éstos se hallan en exceso. A su vez, la soja tiene propiedades antioxidantes, es baja en glucosa y contribuye a la reducción del colesterol.