Seguro que has macerado casi sin darte cuenta, simplemente al rehidratar unas pasas con algún licor, por ejemplo. Y es que macerar es una técnica de cocina que consiste en aromatizar determinados ingredientes antes de incorporarlos a las recetas. ¿Pero cómo y con qué ingredientes maceramos?
¿En que consiste macerar?
Macerar consiste en sumergir un alimento en un ingrediente líquido y dejarlo reposar. Con ello, aromatizamos dicho elemento, es decir, que el ingrediente líquido le traspasará propiedades de sabor. Pero a su vez, también pasan al ingrediente líquido propiedades del alimento. Por ello, el líquido de la maceración después también se puede incorporar en la elaboración de una salsa o un guiso, por ejemplo.
Los ingredientes para macerar: ¿qué podemos macerar?

Por un lado, para macerar se necesita un ingrediente líquido que pude ser un vino, un licor, un jarabe, una salsa líquida tipo soja o worthesterchire, etc. Según las características del líquido, podemos diluir en el especias que se complementen, e incluso añadirle hierbas aromáticas.
Por otro lado, se necesita el alimento a macerar. La maceración se emplea especialmente con frutas, como sucede por ejemplo con el relleno de mince-pie inglés (ver aquí receta) o la elaboración de confituras, cuando dejamos los ingredientes macerando en azúcar (y el líquido lo aporta la propia fruta). También se puede macerar una carne o un pescado con vinos antes de añadirlos a un guiso (ver aquí cómo elegir vinos para cocinar).
Pero además además de alimentos crudos, también se pueden macerar alimentos desecados como pasas, orejones y otras frutas, tomates, setas, etc. cuando se van a rehidratar. Así, en lugar de emplear agua para la rehidratación, se puede emplear el líquido deseado para aportar otros matices de sabor al plato final (ver aquí Cómo sacar el máximo partido a alimentos desecados a través de la rehidratación).