La carne es un alimento fresco, por lo cual es importante una conservación adecuada para que conserve sus propiedades. Pero a su vez, y con este mismo objetivo, necesita un tratamiento adecuado antes y durante la cocción.
Para conservar la carne en crudo
La carne, ya sea pollo, ternera, conejo, cordero, cerdo, etc., debe guardarse en la nevera, pero es mejor que sea en un tupper o en papel encerado, en lugar de papel de aluminio o plastificado.
Para preparar la carne para la cocción

Es mejor sacar la carne con tiempo de la nevera para que adquiera la temperatura ambiente, con lo que se reduce el contraste de temperatura al asar, freír, sellar para guisar, etc. A su vez, se eliminan posibles olores adquiridos en el refrigerador.
Eliminar la grasa en crudo tanto como se pueda, aunque luego es posible repasarla una vez cocinada.
A la hora de cocinar la carne
Evita que se reseque, para lo que además de procurar la cocción al punto, se recomienda:
- No lavarla con agua, puesto que esta se llevaría parte de la sangre, favoreciendo que al cocinarla quede reseca.
- Añadir la sal tras asarla o freírla.