Receta fácil de milanesa de pollo o milanesa napolitana, que a pesar de su nombre inspirado en la gastronomía italiana, tiene origen en la cocina argentina, donde también se la conoce como milanes de pollo o milanes napolitana, y que se basa en pechuga de pollo rebozada, que se gratina con jamón cocido y mozzarella y se acompaña de una salsa napolitana.
Ingredientes para 4 personas
- 4 pechugas de pollo
- 8 lonchas de mozzarella
- 4 lonchas de jamón cocido
- Pan rallado
- Huevo
- Leche
- 4 patatas medianas (opcional guarnición)
- Mantequilla (opcional guarnición)
- Aceite y sal
Para la salsa
- 1Kg de tomates maduros
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla
- Orégano
- Perejil fresco
- Aceite de oliva y sal
Cómo hacer la salsa napolitana
Para hacer la salsa napolitana que acompañará a la milanesa se pelan los tomates, se eliminan las pepitas y se trocean en concasse (dados pequeños). Se reservan.
Se pelan los dientes de ajo y se machacan o se pican muy pequeños. Se lava y se pica el perejil. Se pela y se lava la cebolla y se corta en brunoise (dados pequeños).
Se cubre la base de la sartén de aceite y se doran los ajos. Se añade cebolla y se deja cocinar a fuego medio-bajo hasta que la cebolla quede transparente. Luego se incorpora el tomate troceado, se sala (si es ácido, se añaden un par de cucharaditas de azúcar), se añade el orégano, se remueve y se deja cocinar el conjunto entre 20 minutos, hasta que la textura quede espesa. Luego se incorpora la mitad del perejil picado, se remueve y se deja reposar. Si se desea una salsa fina, se puede pasar por el pasapurés y ya queda lista para añadir a la milanesas napolitanas.
Cómo hacer milanes de pollo o milanes napolitana
Para hacer la milanesa se abren las pechugas de pollo por la mitad, como si fueran un libro, sin separarlas en filetes. Se cubren con film transparente y se aplastan empleando un mazo de cocina, hasta que queden bien finas. Luego se sacan del film transparente.
En un plato hondo se casca el huevo, se añade un poquito de leche y sal (la mezcla ha de quedar salada, porque no se añadirá sal a las pechugas). Se bate bien. Aparte, se extiende el pan rallado en otro plato. Se rebozan las pechugas, pasándolas primero por huevo y luego por pan rallado. Se fríen en abundante aceite caliente. Una vez fritas, se dejan reposar sobre papel absorbente hasta que se atemperen, de modo que el rebozado de la milanesa quede bien crujiente.
Una vez atemperadas, las pechugas se ponen en una bandeja para horno. Encima de cada pechuga se coloca una loncha de jamón cocido, y sobre esta se distribuyen dos de mozzarella por pechuga. Luego se gratinan las milanesas de pollo en el horno.
Una vez gratinada la milanesa, se emplatan poniendo por encima la salsa napolitana caliente y el perejil que se había reservado, completando así las milanesas napolitanas.
Opcional: puré de patatas como guarnición
Se lavan las patatas y se ponen a hervir, enteras y con piel, en una olla partiendo de agua fría con sal. Al hervirlas con piel, se evita la pérdida de nutrientes y almidón. El tiempo de cocción es variable en función del tamaño y tipo de patata, pero se puede comprobar si están tiernas pinchándolas con un cuchillo o tenedor. Una vez queden tiernas, se escurre el agua y se pelan lo antes posible, con cuidado de no quemarse.
Aún en caliente, para que la patata no endurezca, se pasan por el pasapurés. Se añade la nuez de mantequilla y se remueve para que se derrita. Luego, se añade leche poco a poco hasta conseguir una textura cremosa al gusto y así sirve de deliciosa guarnición para la milanesa.